Respecto a que podían haber hablado con vosotros que les parecía mucho morro tener que pagar las entradas a un evento al que de primeras no querían ir, yo pienso que la sucesión de hechos fue:
1. Os invitais a su casa, ellos están incómodos no quieren que vayáis, se sienten invadidos pero no se atreven a decirlo (yo me atreví y me quedé sin amiga, que lo mío fue hace un año).
Dicen que si a regañadientes pero por no quedar mal.
2. Decidís regalarles las entradas y ellos piensan: bueno, pues mira, un gesto de buena voluntad, no son tan morrudos.
3. Les pedís el dinero. El malestar inicial pensando que tenéis mucho morro se multiplica por 200. Estos de que van? Nos van a cobrar unas entradas de un festival al que yo no quiero ir? Habrase visto. Que morro, blablabla.
Y en este punto, que os van a decir?? Sería montar un número porque ellos ya se han ido calentando (no digo que tengan razón o no, digo como pueden haberlo visto ellos, eh, no me lo tomes a mal, pero yo creo que me hubiera sentido así).
Respecto a que vosotros no aceptariais unas entradas sabiendo que las personas que os las regalan las tienen que pagar... Solo puedo decir que cada uno es cada uno.
Yo, en principio tampoco las aceptaría, pero entre las dos situaciones, si soy yo la que doy prefiero regalar una entradas que invitar a nadie a mi casa varios días, encima que van a un evento al que yo no voy y van a salir y entrar a horas que yo igual estoy durmiendo y cuando me levante tendré que tener cuidado de no hacer ruido para no despertarlos...
Es que lo de ir a su casa me parece totalmente fuera de lugar la verdad.
Y, por último, dices que has perdido la cuenta de las veces que has invitado gente a tu casa, quizás mi amiga también haya perdido la cuenta, no lo sé, pero tengo yo que invitar y aguantarlos a ella y a su novio porque ella sea muy hospitalaria con todo el mundo??
Mi casa para mí es un lugar super íntimo y privado y si los demás no ven su casa así me puede parecer genial pero no tendré yo que invitarlos porque ellos lo ven así.
Yo, de verdad, y no me lo tomes a mal que me caes muy bien, creo que el primer error fue autoinvitarse y que de ese malestar surgió todo lo demás. Mi opinión.
Y por lo visto en vuestra situación y en la mía con mi amiga, es que al dueño de la casa no se le deja mucho margen, porque en mi caso lo dije a tiempo, incluso le expliqué que no estaba bien anímicamente y que no tenía ganas de tener gente en casa (cosa que era cierta) y aún así, no me habla desde hace más de un año... Y en el vuestro, yo creo que si os lo hubieran dicho al principio hubiera sido igual o parecido, tampoco os hubiera hecho gracia.
En estos casos lo mejor es decir: voy a tu ciudad en diciembre a ver a Metallica, quedamos a comer tal día o tal otro? Me alojó en el hotel maravilla.
Y si el otro te quiere invitar a su casa, ya te dirá pero mujer, que hotel ni hotel, veniros a mi casa.