- Registrado
- 13 Dic 2007
- Mensajes
- 13.977
- Calificaciones
- 82.695
En mi cuadrilla también hay una persona así y es pesadísima. Todo el rato intentando acaparar la conversación y sin dejarte decir ni mu, encima para contar tropecientas chorradas que no interesan a nadie, como cotilleos de sus vecinas de urbanización a las que yo, por ejemplo, no conozco de nada y no me interesan ni lo más mínimo. No tiene sentido de la medida, no deja hueco a nadie, es más pesada que una vaca en brazos. Yo me callo y ya, que paso de movidas. Con suerte, se junta pocas veces.
Ahí está el tema: que no tienen mesura. Yo recuerdo una vez en un trabajo: fue acabar la jornada laboral, subirme a mi coche, y empezar a llorar del agotamiento que me había provocado una verborreica en grado extremo. Lo recuerdo perfectamente: fue una tarde improductiva en la que tenía que hacer unas tareas que requerían de mi total concentración, pues es que no se calló en toda la tarde: fue enlazando una anécdota con otra. Pero es que no te puedes hacer una idea de lo que fue esa tarde. Recuerdo que llegó a estar 20 minutos de reloj (lo sé porque me fijé en la hora de "última edición" del documento en el que estaba trabajando) hablando SIN PARAR, contando una historia en la que había tropecientas historias cruzadas, con todo lujo de detalles, de verdad que no te haces una idea de lo que fue eso.
Lo dicho: lloré de agotamiento mental. Ignoro si era persona era igual con todo el mundo. Si la respuesta es que sí, madre mía. Muy maja y simpática, pero pesadísima. Algo fuera de serie.