Entiendo lo que dices. Llegar a ese punto de indiferencia hacia quienes se portaron mal es, en parte, un signo de madurez (o cinismo, como prefieras llamarlo). Aunque, entre nosotras, me pregunto si esa indiferencia total es siempre sincera o si a veces nos la contamos a nosotras mismas como una forma de protegernos. Porque, al final, que algo nos dé igual suele costar más trabajo de lo que parece, ¿no?Yo hace años que siento que estoy en otra etapa... La gente que se porta mal ahí se queda y no miro atrás. No sé si es un mecanismo de defensa o qué, pero por más cariño que les haya tenido, cuando veo las cosas por lo que son se genera en mí una indiferencia tan fuerte que me da exactamente igual lo que hagan con su vida, que les vaya bien o mal o lleguen a ministros. Antes lo pasaba fatal, le daba muchas vueltas, buscaba siempre las culpas en mí misma, intentaba arreglar cosas que no tenían arreglo... Ahora yo creo que es el cinismo de la edad.Ya sabes que ya me he pasado a los pintauñas nude, lo próximo será el rosa abuela. Y se es más feliz sin dramas.
Pienso como tú, pri. Por mucho aprecio que le haya tenido a alguien si me hace mucho daño cuando paso página, la paso. Me tiene pasado alguna vez de alguien que me viene a contar algo malo de alguien con el que no tengo relación y se sorprenden de que me de igual. "Pero no te alegras?" Y yo, pues no, me da exactamente igual. Si decido que una persona que me ha hecho algo ya no forme parte de mi vida es para todo, indiferencia total. Además, la gente que está todo el día deseando el mal envejece fatal... jajaja.Yo hace años que siento que estoy en otra etapa... La gente que se porta mal ahí se queda y no miro atrás. No sé si es un mecanismo de defensa o qué, pero por más cariño que les haya tenido, cuando veo las cosas por lo que son se genera en mí una indiferencia tan fuerte que me da exactamente igual lo que hagan con su vida, que les vaya bien o mal o lleguen a ministros. Antes lo pasaba fatal, le daba muchas vueltas, buscaba siempre las culpas en mí misma, intentaba arreglar cosas que no tenían arreglo... Ahora yo creo que es el cinismo de la edad.
Pues eso: indiferencia. Si tú quieres buscarle tres pies al gato en cada mensaje que escribo ya es cosa tuya.
Bueno, bueno, no me elogies, que me lo creo, jaja. Muchas gracias, bonita. A mí también me gusta leerte.
Vale, lo admito, a veces tengo la "habilidad especial" de buscarle los tres pies a todo (es un don y una maldición, ya sabes). Pero hablando en serio, quiero agradecerte la receta para que todo me resbale un poco más, porque creo que me hace falta. Me sabe mal si el otro día estuve un poco de broma cuando tú tenías todas las buenas intenciones conmigo. No era mi intención restarle valor a lo que decías.
Es bastante miserable sentir satisfacción personal en que a otros les vaya mal.