Revivo este hilo para recalcar que las vacaciones forzadas con la familia política, por majos que sean, son un coñazo.
A mí me pasa ahora con la familia de mi novio. Son adorables y siempre me han tratado como una hija. No se meten en nuestra vida ni nada de eso, hasta ahí bien. El problema es que mi novio está súper apegado a ellos, igual que su hermano que tampoco tiene hijos ni está casado. Yo trabajo fuera de España parte del año, y durante las semanas que estoy fuera mi novio va TODOS los días a comer con sus padres (algo que a mí me agobia y me alucina, pero mientras no me arrastre no me importa). Lo comento solo para quede constancia de que a los padres les tiene más que vistos durante todo el año.
Llegan las vacaciones de verano y nos toca todos los años pasar una semana en la casa que tienen en la sierra. No es que sea mal plan, pero es que su familia es tan maja como aburrida. No se mueven de la casa más que para salir algún día a comer, siempre al puto mismo restaurante. Solo se dedican a comer, dormir y ver la TV. Yo vengo de una familia que somos un culo inquieto. También tenemos casa fuera y cuando estamos aprovechamos para salir a conocer algún pueblo de la zona, hacer una excursión por la montaña, etc. Vale que sus padres son ya mayores pero de verdad que han sido así toda la vida. Lo peor es que a mi novio se le pega la misma vena cuando está con ellos, y no hay forma humana de sacarle para dar un paseo nosotros. Antes al menos teníamos a nuestra querida perrita como excusa para ir todos los días con ella al campo, pero ahora desgraciadamente ya no está, así que ni eso.
Así que por maja que sea su familia, yo llevo ya 5 días encerrada con ellos en esta casa y estoy que me pego un tiro, igual que me pasa todos los años. Menos mal que no se ofenden si te traes entretenimiento, así que al menos puedo matar el tiempo leyendo, dibujando y hasta haciendo Legos, pero igualmente estoy hasta el moño de estar aquí metida. Paso por ello porque luego nos vamos por nuestra cuenta una semana, así que no es tan exagerado como la prima que empezó el hilo (que por cierto, ¿novedades en el frente este 2024). Pero estoy de acuerdo en lo que decís que si pasas una vez, ya estás metida de lleno en la espiral de la que es imposible salir. Yo al menos he conseguido limitar el tiempo. Pero vamos, igualmente los días de verano y algún día suelto en Semana Santa y en Navidad me los trago. Y empiezo a estar harta.
Yo a él no le arrastro con mi familia de esa manera. Primero porque al final por bien que se lleven siempre me ha parecido una situación incómoda (la convivencia ya se sabe). Y segundo porque yo soy la primera que se agobia pasando tanto tiempo pegada a mis padres, por mucho que les quiera. Quizás es por eso por lo que no entiendo a las familias-lapa como la suya.
Te quiero prima!!! No me acordaba que vine a explayarme aquí y sí... TENGO NOVEDADES!!
¿Es posible que el año pasado casi terminamos separándonos por esto? Es posible, sí.
¿Es posible que en enero me propusiera matrimonio? Es posible, sí.
¿Confirmamos que el martes vuelvo a irme de vacaciones al mismo sitio? Es posible, sí.
Pero, evidentemente hay un PERO porque si no empezaría a vomitar rollo niña del exorcista (perdonad la imagen mental)
Ni confirmo, ni desmiento que incluso cuando tuve esa conversación incómoda con él... sentí como que le había dado un ¿ultimátum? No me sale una palabra pero de verdad, después me sonó fatal hasta a mí, que soy de las de... vamos hablarlo, somos un equipo, podemos llegar a acuerdos...
Como este año sea igual que el año pasado, ni boda, ni bodo (podéis leerlo con voz de madre).
Qué lo siento mucho, pero que debe de poner a su familia (que somos su hijo y yo) por delante de ese "egoísmo" de decir "pues yo quiero" porque al final son nuestros recuerdos de vacaciones que vamos a tener con nuestro peque.
Yo le he dicho, le he explicado y le conté en su momento como me hacía sentir aquello (os prometo que esas vacaciones ahora con retrospectiva ¡uoh! es que hubieron momentos muy feos)
Pero... es verdad que ya no le voy a volver a decir nada, porque no es un niño pequeño a quién le tienes que ir recordando la misma cosa todo el rato, porque él es adulto y tiene que salir de él hacerlo diferente como me ha "prometido"
Chan, chan, chan....
Estoy expectante, también me siento un poco kamikaze, no diré que no.
Dicho esto, hablando con mi terapeuta llegué un poco a una conclusión (muy random) sobre este tipo de madres (por cierto, si alguna vez me convierto en una suegra así... podéis recoger firmas y deportarme, sin rencor) los hijos de estas familias-lapa, no tienen c-jones, (está feo ese nombre, pero no tengo otro para explicarlo) a decir abiertamente mira, esto en el modelo de familia que estoy creando no nos parece bien, o no es lo que bueno queremos. Porque las madres hacen como un chantaje disimulado, sin que nadie se de cuenta de hacer como la madre triste que pobre ella porque no quieren pasar tiempo con ella. No podemos mandar a nadie a terapia, aunque sería lo más apropiado, simplemente podemos y tenemos que tener esas conversaciones incómodas con los hijos.
Tampoco voy hablar muy alto y os contestaré cuando vuelva de vacaciones a mediados/finales de mes, porque como dice el dicho... del dicho al hecho hay mucho trecho.
Edit: Voy a poner un postdata que me parece interesante.
El año pasado, una mañana que me escapé cual adolescente a fumarme un cigarro (sí, fumar está mal, no es ese el chisme) me encontré con la hermana de mi suegra y me explicó que había tenido "alguna palabra" con su hermana por el acoso y derribo que le estaba haciendo al "niño" y me contó que no era la primera vez porque le lloraba cuando decidió irse de erasmus a Santiago, que estaba a un par de horas de su pueblo... cosas de una madre-lapa. Y este año me mandó un mensaje y me dijo que me plantará, que no estaba sola y que tenían que entender que nosotros somos una familia y así tenemos que organizar nuestro tiempo...
Estoy hasta nerviosa de ver como se va a desarrollar las vacaciones, pero os prometo contar las novedades y ver si realmente una madre-lapa puede aceptar los límites y sobre todo si el hijo puede poner esos límites tan necesarios.