Te quiero mucho, prima. Gracias por tu aportación.
Yo soy así de bruta por los lloros varios, precisamente.
Cuando un hombre te quiere de verdad puedes hablar con él de TODO. De dinero y futuro profesional. De ser padres o no.
El lloro n°1 es "mi novio no se quiere casar y a mi me haría mucha ilusión ".
¿ Por qué iba a querer casarse, si nunca te dijo que eras la mujer de su vida? Te dijo : churri, ¿ Por qué no vivimos juntos y así nos ahorramos un alquiler?
Y la otra, enamoradisima, se va de cabeza, aunque le sale doble de caro que compartir piso con dos amigas.
El lloro n°2 es "mi novio me ha puesto los cuernos", generalmente con una de la oficina.
Pues eso mismo. Porque el novio es un enamorado, y el enamoramiento se pasa rápido. Él va sacando las patas de la relación poco a poco, mientras ella se va centrando en la vida doméstica porque cree que es el definitivo.
Él se deja querer y sigue tonteando en el trabajo y cuando sale con sus amigos. Ella le hace de madre, y como tan acertadamente dijo
@M.Cara, nadie quiere follxx con su madre.
Cosa que no pasa si tienes una PAREJA en vez de un maromo compañero de piso. Porque el proyecto común cuando ilusiona, es la gran barrera de salida de la relación. Es el amor.
El lloro n°3, si no te ha dejado, ya no es lloro. Es auténtica indignación. La expresan muchas foreras, con un bebé en brazos en el salón, para que no despierte a nadie. Ni al otro niño, ni al tipo que hace los Excel de reparto de gastos al milímetro, después de dormir de fruta madre.
Y en este punto, es en el que se producen la mayoría de los divorcios. O ella revienta o él se agobia y se lía con otra.
Esto no pasaría si desde el principio él quiere el compromiso y la familia MÁS que tú, con todos sus sacrificios y costes económicos.
Pero claro, él sólo invitó a una follamiga a "ahorrarse uno de los alquileres ". En los 90 se decía:
- No, gracias. Me sale más barato vivir con mis amigas.
O
- No gracias, prefiero vivir en mi casa, soy muy independiente.
Y en ambos casos:
- Pero te quiero mucho, y si esto se convierte en algo serio, YA NOS ORGANIZAREMOS.
En realidad era al revés: o nos organizamos seriamente, o te quedas en tu casa.